Aquí los primeros 10 textos para quien guste de leerlos o la colección completa de audios en mi canal de Spotify para quien guste de escucharlos.
Hace unos cuantos meses mi hija mayor, Runa de 18 años se sentó conmigo a la mesa de la cocina y me dijo unas palabras que me dejaron un poco muda, un poco ausente y un mucho inquieta, Runa me dijo “Bueno pues gracias por todo esto, por una vida de calidad en Suecia, por una educación diferente y por las oportunidades que ésta sociedad igualitaria nos brinda, pero lo cierto es que crecimos lejos de la familia, de tu familia y no sé quienes son las tías de las que tanto hablas ni quién fue mi abuela en su juventud” yo les he venido contando las historias que mi madre me contaba, pero después del dulce-reclamo me puse manos a la obra y ahora escribo las historias y relatos que escuché de mi madre no una o dos veces, sino decenas de veces cada uno, lo que me hace sentir una gran responsabilidad por escribirlos, compartirlos y pasarlos a la siguiente generación.
1. Delfina, la niña-mujer
Polvo, aire caliente, polvo que se mete a los ojos, aire que se cuela por la nariz mezclado con el polvo que se levanta del suelo, suelos de polvo color arena triste, polvo de suelos color a abandono, tierras áridas y calientes, tierras calladas y con ese aire que se respira y la nariz se…
2. Delfina se fue con lo puesto
A Delfina la entregaron a José, el que sería su hombre, la entregaron porque ya estaba en edad de merecer, pasando los trece años ya podía con todos los quehaceres de una casa, sabía lavar en el río, cortar y coser, preparar comida y hacer el mercado cargando sus propias canastas. Delfina ya tenía la…
3. Benjamín ni el último, ni el más pequeño
Las cubetas se llenaban en la pila del patio con agua fría y las acarreaban al que era el rudimentario cuarto de baño, un cuarto oscuro y húmedo en el extremo de la casa junto a la cocina,cocina con horno de leña y parrillas de carbón que llenaban de tizne las paredes y el techo,…
4. David, digno heredero del perfil de su padre
Al tercer mes de embarazo Delfina sabía que las cosas no serían iguales, esa barriga le hablaba de diferente manera, esa barriga le cantaba cuando dormía y la arrullaba cuando no podía dormir. Delfina lo sentía, lo empezó a sentir en sus entrañas desde a las pocas semanas, su barriga era sabia, tras once embarazos…
5. Antonia estaba aprendiendo a parir
Las dos mujeres estaban destinadas a parir en sincronía, las contracciones empezaron a la media noche y pasada la madrugada los gritos de dolor llenaban las habitaciones de la casa y se salían hasta el patio colándose por entre las hiedras y sacudiendo las hojas de las plantas que llenaban las no pocas macetas esparcidas…
6. Delfina en esos patio de la casa de Coyoacán
Patos y gansos, patos, gansos y gallinas, patos, gansos, gallinas y perros llenaban el solar de la casa de Coyoacán; patos, gansos, gallinas, perros y niñas corriendo por el solar de la casa de Coyoacán. Con poco más de cuarenta años Delfina era ya una mujer mayor y había llenado el solar de la casa…
7. Guadalupe tenía los ojos grandes y vivaces
Se puso un broche en el pelo con un racimo de flores, rosas rojas para ser preciso, rosas rojas de papel hechas a mano que compró en un puesto callejero cuando había ido al Zócalo de la ciudad a hacer algunos mandados, se había comprado las flores que enzartó en el broche de pelo para…
8. Carmela y la mirada puesta en el horizonte
El último día de la escuela secundaria regresó a casa para entregarle a su madre el diploma y el sobre con el certificado de sus estudios, había trabajado largas noches de desvelo para completar todas las materias y sacar las mejores calificaciones posibles, se había obsesionado con los promedios altos y con ser la alumna…
9. María olía a campo fresco
Dejar la casona de Coyoacán en aquel solar en uno de los callejones de la Calle Real no fue fácil para ninguna de las mujeres, Delfina se rehusaba a dejar sus árboles frutales y sus plantas, a dejar las gallinas y los patos, a dejar los gansos y las palomas, a dejar sus macetas y…
10. Delfina que no paraba de llorar
Las vecinas decían que a María se la habían llevado los mariguanos del camellón, se la había llevado un hombre y que era mucho mayor “un viejo”, pero para una chiquilla de quince años todos los hombres son mayores, “el hombre” que se llevó a María era una figura misteriosa en la casa de Delfina,…
En ésta liga encuentras los siguientes relatos, del 11 al 19