Las Voces de mis Mujeres

Prólogo

Hace unos cuantos meses mi hija mayor, Runa de 18 años se sentó conmigo a la mesa de la cocina y me dijo unas palabras que me dejaron un poco muda, un poco ausente y un mucho inquieta, Runa me dijo “Bueno pues gracias por todo esto, por una vida de calidad en Suecia, por una educación diferente y por las oportunidades que ésta sociedad igualitaria nos brinda, pero lo cierto es que crecimos lejos de la familia, de tu familia y no sé quienes son las tías de las que tanto hablas ni quién fue mi abuela en su juventud”, a decir verdad yo les he venido contando las historias que mi madre me contaba pero después del dulce-reclamo me puse manos a la obra y ha escrito las historias y relatos que escuché de mi madre no una no dos veces, sino decenas de veces cada uno lo que me hace sentir una gran responsabilidad por escribirlos, compartirlos y pasarlos a la siguiente generación.

Aquí los relatos de la madre de mi madre, de sus hermanas y de la familia, aquí los relatos de éstas mujeres-roble que nos precedieron y que apisonaron el camino por el que ahora yo ando y por el que mis hijas en otro continente, en otra latitud empiezan a andar como mujeres de su propio tiempo. Es la misma sangre, son otros sueños, es la misma mirada y otros horizontes, somos las mujeres que ellas fueron, Cástula y Delfina, las tías todas y cada una tan queridas: Antonia, Guadalupe, Carmela, María, Josefina, Rafaela, Consuelo y mi madre Teresa.

Son los hombres de la estirpe el siempre recordado tío David y el abuelo José Sánchez Sáenz el carpintero. Somos nosotros mismos y somos todos ellos, su legado, sus historias, lo contado y lo callado, lo sufrido y lo más querido.

Estos relatos son herencia para mis hijas, para mis sobrinos, para mis primos y sus hijos y sus muchos nietos. Estos relatos son la voz de mi madre que me sigue susurrando al oído y que me platica historias cuando yo me siento a tomar el café de la mañana y miro la lluvia de otoño en las calles de mi adoptiva Suecia.

Estos relatos son para quien guste leer-me

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